14.1.07

 

Violación de los Derechos Humanos con el TLC

Informe de expertos centroamericanos para la CIDH

· Diferencias a nivel político y jurídico acentúan asimetrías en todo orden con el TLC.

· Políticas de protección de Estados Unidos a productos agrícolas contrastan con el abandono de políticas de estímulo a la agricultura en los países centroamericanos.

Según el informe de nueve organizaciones de derechos humanos a nivel centroamericano para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la negociación del DR-CAFTA que se llevó a cabo tiene diferencias fundamentales políticas y jurídicas entre Centroamérica y los Estados Unidos. Éstas asimetrías se manifestaron en el proceso de negociación y continúan generando temor sobre las desigualdades en la región.

La investigación advierte que mientras en Estados Unidos el DR-CAFTA no goza de una jerarquía mayor que su legislación secundaria, en el caso de los Estados Centroamericanos tiene un rango superior a la legislación secundaria conforme disposiciones constitucionales.

En el caso de Estados Unidos, la negociación de los TLC se hace en el marco del “Trade Promotion Authority Act (TPAA)” o “Fast Track”, una ley que establece los lineamientos generales que deben seguir las negociaciones de tratados de libre comercio de ese país. En Centroamérica no existe instrumento análogo y la negociación se realizó a discreción del Poder Ejecutivo y del equipo negociador.

El informe indica que bajo el sistema jurídico estadounidense, el DR-CAFTA se aprobó mediante una ley llamada “Implementación Act” la cual le permite establecer limitaciones de aplicación a nivel interno y en relación con las leyes locales. La cláusula 102 de dicha ley establece que las leyes ordinarias federales y estatales, prevalecerán sobre el Acuerdo. En los países de la región, no se cuenta con un instrumento análogo, por lo que el Tratado solo puede ser aprobado o rechazado por la Asamblea Legislativa en todos sus extremos, sin poder hacer modificaciones, reservas ni clarificaciones.

Estados Unidos mantiene fuertes políticas de protección y estímulo de su producción interna y exportaciones en sectores estratégicos como el agropecuario, muestra de ello son las altas partidas presupuestarias en concepto de subsidios para la producción agrícola, situación que contrasta con el abandono del agro en los países de la región, después de un proceso de desmantelamiento de las políticas, instituciones e instrumentos de estímulo y protección de la producción.

“No se pueden comparar las políticas de protección y subsidios de miles de millones de dólares que aplica Estados Unidos con la desprotección y abandono que han sufrido nuestros productores. Es el momento en que tenemos que retomar la vía costarricense, fortalecer nuestra producción, frenar el desmantelamiento del agro nacional. Este es un asunto de seguridad alimentaria y seguridad nacional. Es irresponsable y antipatriótico dejar el abastecimiento alimenticio dependiendo de otros países,”aseveró el diputado José Joaquín Salazar.

Un instrumento como el DR-CAFTA implica una relación jurídica entre partes equivalentes. Sin embargo, no se da en la realidad ya que intervinieron diversos agentes económicos que tienen mayor influencia y que se refleja en el resultado de la negociación en cada país. El informe indica que la capacidad de influencia de diversos grupo económicos sobre los Estados son muy fuertes y están muy lejos del supuesto de equivalencia, y son abismalmente asimétricos, en especial entre transnacionales y productores locales.

“Por esto existen asimetrías a ese cabildeo de grupos muy fuertes, propiedad intelectual es uno de estos casos donde la negociación resultó claramente a favor de las grandes trasnacionales y en detrimento de fabricantes de genéricos. El resultado del TLC no es casualidad. Tampoco es casualidad que tras los ganadores del TLC como el pollo, el azúcar o el etanol hay políticos y empresarios muy influyentes” dijo el diputado José Joaquín Salazar.

 

Soberanía o TLC

Flora Fernández
Enero 14, 2007

En los últimos días, ante los apabullantes argumentos contra el TLC sobre roces constitucionales y que lesiona principalmente a los grupos más vulnerables de la sociedad, se destapó que el TLC no está tan bien negociado por el “dream team” (equipo de ensueño de COMEX), según nos quisieron hacer creer periodistas conservadores de medios que se desvelan porque el TLC se ratifique contra viento y marea.

Incluso los defensores del TLC pretenden llegar a crear un “estado de necesidad” o de emergencia grande, para que pese a la existencia de roces constitucionales y pérdida de soberanía, se ratifique y no “dejar ir la oportunidad”. Incluso la semana pasada en El Financiero sale un artículo que advierte que lo negociado en el Capítulo X del TLC, privilegia a los inversionistas extranjeros, pero debemos aceptarlo y no mantener “una noción rígida y trasnochada de soberanía”, más aún, “debemos avanzar hacia “tendencias globalizadoras… con un modelo de desarrollo basado en la apertura comercial y la atracción de inversiones” ¡Así lo defienden! Aunque afecte al empresario tico.

Esa misma gente que quiere el TLC a como de lugar, se hicieron de la vista gorda cuando Oscar Arias afirmó que para evitar el caos y la anarquía, él promovería “la tiranía en la democracia”, o frente al fallo de la Sala Constitucional sobre la reelección, cuando el órgano competente para cambiar la Constitución debía ser Asamblea Legislativa. ¿Será que entonces también se trataba de un “estado de necesidad o emergencia”?

Recientemente un grupo de abogados del más alto nivel, señaló con claridad los errores del TLC. Con acostumbrada arrogancia editorial, sacan pecho para descalificar al “Frente de Choque Jurídico”, intentando con ello desprestigiarlos y etiquetarlos de “poco responsables”, porque si la Sala Constitucional revisa a conciencia el trámite del TLC y descubre algunos “errorcitos”, el TLC podría caer, lo que según ellos sería una catástrofe para el país: similar a la que nos decían hace 7 años si el Combo no pasaba y hace 4 si el Plan Fiscal no era aprobado ¿se acuerdan?

A lo anterior agreguemos la posición de la mayoría demócrata en Estados Unidos, encabezada en el Senado por Harry Reid y en el Congreso con Nancy Pelosi, quienes además de ser contrarios a los Tratados de Libre Comercio, han propuesto esta semana con relación a Ecuador, que no quiere firman el TLC, que las preferencias comerciales sean indefinidas.

Ya sabíamos que la Iniciativa de la Cuenca del Caribe no estaba en peligro pese a que nos quisieron asustar con eso, cuando realmente es más peligroso ratificar el TLC. La pregunta es, ¿ahora, con qué van a salir a asustar quienes quieren TLC a troche, moche y trasnoche?

El riesgo es ratificar el TLC porque nos impone un modelo que excluye a las mayorías, tiende a concentrar riquezas y además tendríamos que renunciar a los beneficios de la Cuenca del Caribe, que realmente no están en peligro de perderse.

Si rechazamos el TLC, seguiremos creciendo, porque un país más equitativo, que cuide más a su población y se preocupe por mantener un Estado Social de Bienestar, tendrá mejores oportunidades educativas, laborales, de salud sin patentes abusivas y sobre todo seguridad alimentaria. El año pasado, Costa Rica fue el país centroamericano que alcanzó el mayor porcentaje de crecimiento. (Ver Informe de la CEPAL)

Decidir la clase de país que queremos, sin imposiciones foráneas ni respondiendo a intereses ocultos de unos cuantos en contubernio oscuro con las corporaciones transnacionales, es soberanía. Aunque para algunos sea un concepto trasnochado.

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